Para poder ver esta exposición tendréis que daros un poco de prisa, pues se nos ha ido el santo al cielo...
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Del 16 de Marzo al 17 de Abril se puede visitar la exposición colectiva La Música de la Asociación ados en el Centro Cultural Villa de Móstoles. Compuesta por las obras de: Diego Canogra, Czili, MasauR, María Verdugo Althöfer, Óscar Hernández, Paz Vivente, José Carlos Cabello, Roberto Silvestrini, Marta G. Santa María, Helena Losada, Paty Sonville, David Arteagoitia y Raúl Verdugo Althöfer.
Una caricia para el espíritu sensible, una fábula que juega con nuestras emociones hasta forzarnos el llanto, un estremecimiento o el más visceral de los deleites. Es la manifestación artística más próxima a las lágrimas o a la euforia; a los recuerdos, a los sueños… en definitiva es capaz de lograr la convulsión de nuestro estado anímico.
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Foto de grupo para la exposición La Música |
Y es el concepto de La música en
manos de un grupo de artistas el que atravesará los caminos más insospechados
hasta convertirse en piezas que nos transportan irremediablemente al mundo de
las imágenes. Al escucharla nuestra mente se llena de representaciones y
metáforas. Las escalas, las notas, los sonidos nos sumergen en mundos
ficticios, en universos en
los que un
enjambre de sentimientos e iconografía nos
hacen estremecer y
reaccionar, creando nuestras particulares partituras.
Motivación piezas exposición La Música - ados
MasauR
“Proyecto MusicInside”
La obra surge de la confrontación
de sentimientos viscerales y diametralmente opuestos, generados a través de
piezas musicales.

En esta ocasión el autor ha
elegido dos canciones: una de ellas le trasmite euforia, alegría y positivismo;
y por el contrario la otra le provoca un estado de apaciguamiento, tristeza y
calma. Olvidando toda composición y racionalidad, dejándose llevar únicamente
por el sonido bajo la influencia recibida mientras el autor escucha estas
piezas, se genera una matriz de punta seca. La serie se anexiona por medio de
una xilografía que aporta la estructura meditada de una composición musical. El
resultado genera unas piezas a través de las cuales se pide en cierto modo al espectador
que se implique en el juego de descubrir qué estado de ánimo corresponde a cada
obra.
P.S: Este proyecto se inicia
aquí, pero crecerá con colaboraciones de otros artistas y con la implementación
de fotografías del proceso y edición de video.
Paz Vicente
“unge corput datu”
La música es sentimiento, pasión,
emoción... Es, en suma, el alma de las cosas, como las matemáticas son el alma
del universo.

Inseparable del alma humana,
surge de ella y se dirige a ella a través de los sentidos. Es una caricia para
el espíritu sensible, una plegaria que juega con nuestras emociones hasta
forzarnos el llanto, un estremecimiento o el más espiritual de los deleites. El
origen de mi obra es un drama litúrgico reproducido en un Prosario del S. XII
del que he elegido un fragmento con estructura de palíndromo musical. “Unge
Corput datu” conforma una serie de fotografías realizadas sobre madera al modo de
tablilla medieval, doradas y envejecidas en su parte posterior en un guiño a la
época a la que aluden. Enmarcándolas en hilo simulando el trazo irregular de la
plumilla originaria dibujan esa escala musical simétrica que nos traslada al
momento en que se realizó.
Ni la elección de los materiales
ni la de los objetos es casual. Ambos obedecen a la intención de recrear
mediante una metáfora un sueño místico. Con la guía roja del pentagrama, con el
gesto de las manos que dibujan esas notas, que tocan en el aire esa melodía
mágica, en la que no están presentes los instrumentos.
Sin lugar a dudas, la música nos
transporta al mundo de las imágenes. Al escucharla nuestra mente se llena de
representaciones, y las escalas, las notas, los sonidos nos sumergen en mundos
ficticios, en universos en los que un enjambre de sentimientos e imágenes nos
hacen zozobrar.
Diego Canogar
“El sonido se hace música”
Cuando pienso en música, me
traslado al momento en que esta se creó. Ya sea chocando piedras o troncos.
Aprovechando las posibilidades de los ruidos que generamos para plasmar los
ritmos que imaginamos.

Cuando fabrico mis piezas, de
tanto en tanto me encuentro con un momento personal análogo a ese primer
descubrimiento, en el que me descubro maravillándome por la sonoridad de la
escultura al ser golpeada. Esta me suena a un carrillón de campanas que inspira
con sus vibraciones como un órgano de iglesia. Tiene algo de instrumento torpe
y primitivo que la hace especial.
Czili
“Una inspiración, un ánimo, un
estado... (Para Memé)”

Mi obra es una forma de
inspirarle a mi hija pequeña que prepara para su primer paso por el camino del
arte, que encontrará sentimientos de dulzura y amargura a la vez, pero todo
forma parte de la magia del soñador; animarle como lo he hecho desde su primera
nota del teclado, siempre a su lado.
Aunque una madre siempre posee
trucos para dar fuerza y apoyo a sus hijos, esta vez he extraido una parte de
la partitura que tanto le gusta tocar una vez y otra, que corresponde a tres
compases del 2º movimiento de Sonatina 37 de Beethoven - esas notas son tan fluidas
como la propia escultura, que se convierta en un estado fluído de mente y alma,
que siga así con esa gana, valentía y juguetona por intentar en el camino del
arte. Por eso se titula la obra en "una inspiración, un ánimo, un
estado... (para Memé)". Memé en chino significa "hermanita
pequeña". Sea lo que sea el logro o el resultado, ¡siempre estoy orgullosa
de ella!
“Groundtracks XIV”
En este trabajo el David la serie
GROUNDTRACKS (etimológicamente huellas en el terreno), en la que a través de la
austeridad en el color reducido al rojo y negro + el blanco del papel, se
explora el valor de la huella de la acción o el gesto humano.

El autor entiende la huella como
trazo, resto, como recuerdo, o eco de una acción pasada, en mucha ocasiones
movimientos mínimos pero cargados de una gran fuerza expresiva, al igual que una
sola nota de música puede despertar intensas sensaciones. Como en la música, en
este trabajo se mezclan pasión y razón, fondos orgánicos y de aspecto azaroso
donde se recortan figuras geométricas, racionales, que atraen la mirada del
espectador. La perversa y fría geometría plana se encuentra en la superficie
del papel con el movimiento, el gesto inscrito en un trazo vigoroso, matérico,
en relieve textural, casi pétreo. Este movimiento trata de poner un orden
lógico a la composición, de crear un nuevo lenguaje a partir de la ordenación
de varios elementos, como un director de orquesta gestiona los distintos
instrumentos y melodías que la componen para crear una única melodía en la cual
es posible distinguir por separado aquellos instrumentos que desde lo único
dotan de sentido y coherencia a la totalidad de la sinfonía.
Paty Sonville (colaboradora)
“Intervalos melódicos”
Una escultura que se inspira de la
música y que, semejante a códigos de barras, se escucha, se lee y se escribe.
Una chapa de acero como partitura,
una chapa de acero como pentagrama musical.
Láminas, de valores diferentes, se
recortan y se desplazan evocando intervalos rítmicos donde se crean juegos de
sombras y de luz.
A través de esta escultura, los
códigos de barras toman forma en tres dimensiones y se sirven de su parecido con los cartones perforados de los
organillos.
Reseña en el periódico Sur Madrid - Móstoles

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